Indudablemente, la política basada en datos, investigación y hallazgos científicos es el camino a seguir. Pero, ¿eso significa que son únicamente los espacios académicos los que te convierten en un buen político?
Por supuesto que en las universidades se estudian los sistemas electorales, diseño, ejecución y evaluación de políticas públicas, comunicación pública, etc…pero, ¿un ingeniero, una abogada, o un médico saben de eso?
Lo cierto es que la formación política va más allá de lo académico. Hay que distinguir la fase académica de la Praxis Política, ya que la experiencia práctica y el conocimiento territorial son fundamentales para formar líderes políticos de calidad.
A su vez, tampoco ser un gran académico garantiza ser un buen líder político. Tenemos numerosos ejemplos en la historia mundial de grandes referentes sin educación formal entre los que podemos nombrar a Lula da Silva o «Pepe» Mujica.
Después de todo, una lidereza o líder político es aquel que tiene la experiencia y la visión de marcar un horizonte político, pero sin equipos técnicos que profesionalicen su visión es imposible lograrlo. Del mismo modo, los mejores profesionales de la política, nada pueden hacer sin un liderazgo firme.